Texto inspirado y adaptación libre de "Las trituradoras de hombres", de Pablo Casau, 22/2/11, Igooh, Sección Humor
He aquí algunos rasgos para reconocer a un Hombre Triturador de Mujeres
- Solo permite que se consuman comidas caseras, realizadas por la mujer bajo la supervisión directa de su suegra, para que aprenda a lograr los mismos sabores que el marido disfrutaba en su casa de soltero.
- Le prohíbe a su mujer visitar a su familia y a todas sus amistades.
- Las únicas visitas permitidas son las de la familia de él.
- Se opone a cualquier sana iniciativa de su mujer, tal como mirar vidrieras, ir de compras o a tomar el té con sus amigas, estudiar, cantar, bailar, hacer yoga y/o ir al gym. Si considera que su mujer se ha portado mal, porque ha desobedecido y ha intentado realizar estas prácticas, le suspende la extensión de la tarjeta de crédito hasta nuevo aviso. Si considera que se ha portado bien, la autoriza a practicar yoga o gimnasia en su casa, sola o, a lo sumo, siguiendo las clases que se ofrecen por la TV. Y sin que esta actividad interfiera con la realización de las tareas hogareñas.
-Dispone de un GPS y de control directo del celular de su mujer, para saber a toda hora adónde está, qué hace, y qué y con quiénes conversa.
- En del hogar, el marido tiene sexo con su mujer solamente cuando él lo decide. Fuera del hogar, con quién quiere y elige, y cuando se le canta.
- Le prohíbe a su mujer cualquier otra respuesta que no sea: "Sí querido".
- Fija horarios para comer, dormir e ir al baño. Cuando él está en casa, no hay horarios disponibles para mirar libremente la TV fuera de los que él acapara completamente para ver, sobre todo, fútbol. Cuando no está, el TV queda trabado con llave, excepto para que a su mujer vea "Utilísima" para aprender repostería y actividades útiles para el hogar.
- Aprueba la ropa que debe comprarse su mujer, y le dice cuál usar en cada ocasión. Por supuesto, esto excluye absolutamente los escotes, minifaldas, shorts y remeras ajustadas. Y se adapta a la edad juvenil o madura de la cónyuge.
- Elige los regalos para su esposa con criterio práctico y eficiente.
- Le prohíbe divorciarse.
- Le prohíbe deprimirse, suicidarse, y por sobre todas, las cosas, llorar y suspirar.
- La religión no puede ser practicada. Nada de salir para ir a misa ni a celebrar otros ritos con extraños ni a confesarle a nadie lo que pasa en el hogar.
- Fija los lugares de veraneo, elige el alojamiento, determina la duración de las vacaciones y maneja el presupuesto para las mismas, día a día y detalle por detalle. Si es playa, para su mujer: malla enteriza y pareo que cubra hasta los tobillos o atuendo similar.
- Si a ella la echan del trabajo, primero se encarga de señalarle que ella tiene la culpa del despido (cualesquiera sean las circunstancias del mismo). Luego, mientras la mujer siga ocupándose de todas las tareas de la casa como de costumbre, deberá conseguir otra actividad rentada rápidamente, bajo amenaza de suspensión de la tarjeta de crédito y drástico corte de todos los gastos relativos a las necesidades de ella: no más desodorante, ni dentífrico, ni papel higiénico…
- Este marido pone todo el patrimonio familiar a su nombre y administra el dinero que ingresa en el hogar, incluyendo el sueldo que gana su mujer.
- Es probable que los ancestros del susodicho fueran tratantes de blancas, quinieleros y cafishios.
Amigo lector: si usted padece de dos o más de estos síntomas y no está dispuesto a superarlos... bueno... además del celular de su mujer debería confiscar y controlar todas las tijeras de su casa... y dejar de tensar la cuerda... ¿O acaso no se acuerda de Lorena Bobbit?
Amiga lectora: si su cónyuge presenta dos o más de estos síntomas, búsquese otro que la trate como usted merece (si es menor que usted, ¡disfrútelo y salde placeres atrasados!), pero antes, a su marido… ¡déjele hirviendo, en la olla, el conejo!
Queridas mujeres, amigas, compañeras, colegas, congéneres, y queridos hombres que las merecen y son merecedores de ellas: Elegí el humor para aliviar el tratamiento del tema y, así, facilitar la serena reflexión y la toma adecuada de decisiones acordes con lo que todas y todos, en tanto seres humanos, tenemos derecho a disfrutar. ¡Que podamos transitar un Feliz Día, todos los días!
Muy afectuosamente.
Marisa
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