martes, 1 de febrero de 2011

Despertar de un primero de enero

                          

Me levanté con mucho esfuerzo, porque vienen familiares a almorzar (¿Hay que seguir comiendo todavía?). 

                                       

Solo quería quedarme en la camita, haciendo fiaca total, así que saqué fuerzas de toooodos los mensajes de salutación que recibí, augurando el fin de todo lo malo el inicio de todo lo bueno , convencida de que, desde las O hora de anoche, quedaron atrás todos los dolores, preocupaciones y malestares.

Así que me decidí a empezar entusiastamente una vida nueva.

Qué raro –me dije- las lumbares me siguen molestando... Seguramente será una sensación, como la inflación. Ya pasará. 
Pero, cuando tuve que tomar en ayunas el mismo remedio que tomo desde añares, y el codo "de tenista” me dio un pinchazo muy desagradable... me permití dudar.
 En la cocina estaba mi marido, tan calvo como siempre, que había madrugado como siempre y había salido a hacer su caminata de siempre. Vestido con ropa conocida y releyendo el mismo diario que lee todos los días desde hace años. 
Me preguntó qué ingredientes había que ponerle a la ensalada, y yo le di una receta que uso desde siempre. 

Pero, de pronto... un rayo de esperanza: ¡No, mi desayuno no será el mismo de siempre! ¡Hoy empieza de veras una vida nueva, y las cosas serán diferentes y mejores! ¡Hoy voy a desayunar solamente con un té de boldo y manzanilla, acompañado de una deliciosa pastillita compuesta! ¡Efectos de ese año viejo que, afortunadamente, se llevó todo lo malo con él! 
¡Hasta la balanza del baño me indica los cambios y renovaciones! ¡Peso tres kilos más que en Navidad! 
¡Aleluya! 
Seguramente, no tendré que operarme de cataratas en los próximos meses porque... ¡con la luz deslumbrante del año nuevo veré tantísimo mejor, que no será necesario que me opere! 
Solo me queda una duda: si este año nuevo es y será tan maravilloso... ¿qué cosas negativas (¿incluyendo horrorosas faltas de ortografía por doquier?) habrá que dejar atrás cuando termine

Y además... ¿por qué no se me va la sensación de dolor del codo y de las lumbares? ¿Será tan rebelde como la sensaciónde inflación?
                                                                                                     Marisa

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